Alejandro Slokar entre garantías constitucionales y derechos humanos

Alejandro Slokar, referente del derecho penal argentino y actual presidente de la Cámara Federal de Casación Penal.
Alejandro Slokar es uno de los referentes más destacados del derecho penal en Argentina. Juez de la Cámara Federal de Casación Penal y docente universitario, su trayectoria combina compromiso con los derechos humanos, solidez académica y una visión garantista que marcó el rumbo de la jurisprudencia nacional. Con una carrera de más de cuatro décadas, se consolidó como una voz crítica y respetada dentro del sistema judicial.

Formación y compromiso temprano
Graduado en Derecho por la Universidad Nacional de La Plata, Slokar continuó su formación en Alemania, donde amplió sus estudios sobre derecho penal, criminología y derechos humanos. Ese paso por Europa marcó su visión jurídica, en particular su adhesión a una dogmática penal crítica y sensible al contexto latinoamericano. Fue discípulo del jurista Eugenio Raúl Zaffaroni, con quien compartió espacios académicos y judiciales.
Su ingreso a la función pública incluyó una etapa clave en la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, en donde colaboró activamente en el impulso de políticas de memoria, verdad y justicia. Este vínculo con los derechos humanos no ha sido anecdótico ni formal: ha sostenido durante toda su carrera la necesidad de una justicia que no sea solo punitiva, sino transformadora.
Cámara de Casación Penal: una voz con peso
Desde su designación como juez de la Cámara Federal de Casación Penal en 2008, Slokar ha intervenido en causas de alta sensibilidad institucional. Integró y presidió distintas salas, y actualmente es presidente de la Cámara, cargo que asumió en 2021. Su presencia en el máximo tribunal penal del país le permitió fijar posición sobre aspectos clave como la prisión preventiva, la progresividad de las penas y los estándares internacionales en materia de derechos de las personas privadas de libertad.
Su mirada jurídica, si bien ha generado debates intensos, se sustenta en una interpretación rigurosa de la Constitución y los tratados internacionales. Alejado de los simplismos punitivistas, Slokar defendió siempre la necesidad de preservar las garantías procesales incluso en los casos más complejos, una postura que lo distingue en el contexto actual.
Publicaciones y pensamiento crítico
Alejandro Slokar es autor de numerosos artículos y libros sobre derecho penal, criminología y derechos humanos. Su obra “Manual de Derecho Penal Parte General”, escrita junto con Zaffaroni y Alagia, se convirtió en referencia obligada para estudiantes y profesionales del derecho en América Latina. Además, ha coordinado investigaciones interdisciplinarias y publicado trabajos en revistas especializadas de distintos países.
Sus intervenciones públicas, tanto en conferencias como en medios académicos, revelan un pensamiento articulado y provocador, que busca interpelar las estructuras de poder judicial y plantear alternativas centradas en la dignidad humana. Su defensa de una justicia no selectiva ni discriminatoria lo ha situado como referente de una corriente jurídica progresista.
Controversias y firmeza jurídica
En un escenario político y mediático muchas veces adverso a las posiciones garantistas, Slokar no ha esquivado el debate. Su postura frente a la política de seguridad, la selectividad del sistema penal y las condiciones carcelarias ha sido interpretada por algunos sectores como “blanda”, aunque su argumentación jurídica se basa en estándares internacionales y principios constitucionales.
Ha sido objeto de críticas por parte de sectores que reclaman una visión más punitiva de la justicia, en particular cuando intervino en causas donde se debatía la excarcelación o morigeración de penas. Sin embargo, siempre sostuvo sus decisiones con fundamentos jurídicos sólidos, apelando al control de convencionalidad y a los compromisos del Estado argentino en materia de derechos humanos.
Un jurista con vocación democrática
Más allá del cargo judicial, Alejandro Slokar ha mostrado una coherencia poco común en su carrera. Su práctica profesional, su docencia y sus intervenciones públicas responden a una visión integral del derecho como herramienta para consolidar el estado de derecho, prevenir el autoritarismo y construir una sociedad más justa.
Con más de cuatro décadas de trayectoria, su figura representa una tradición jurídica comprometida, reflexiva y sensible a los desafíos contemporáneos. Su nombre permanece asociado a una forma de entender la justicia donde la legalidad no es opuesta a la humanidad, y donde el poder judicial debe estar al servicio de la libertad, no del castigo.